No tengo dudas y sí muchas pruebas de que el mejor cine ya no se hace en Hollywood. Aquí un top 10 de las que para mí son las mejores películas comprobando mi teoría: necesitamos ver más cine latinoamericano.
Por Marivi Aguado
El año que está por terminar no he visto muchas películas en salas de cine, no porque no haya querido, básicamente porque no han llegado a la ciudad en la que vivo; aún así he podido ver más de doscientas películas, que no está nada mal.
Para empezar hablando de cine español y en español, creo que ha sido de nuevo un muy buen año para mujeres directoras, algo que celebro. Imagina lo que sería si contaran para sus proyectos con el mismo apoyo que los hombres. Y esto es algo sobre lo que no admito discusión. Empezamos:
10. Creatura de Elena Martín
Es la última película española candidata a los Premios Goya que he visto antes de escribir este texto. Aún sigo con la boca abierta y la cabeza revuelta. Mila y su pareja se mudan a una casa del pueblo y ella se da cuenta que su deseo y el apetito por el sexo no la colman y sabe que es por algo que está dentro de ella. Es a partir de ese momento cuando ella nos va contando su vida sexual y el porqué de esa situación que viene desde que era niña. Va descubriendo su cuerpo, su deseo y sus inquietudes. La valentía de esta película es que hay muchas cosas asociadas a la sexualidad de la mujer que aún no se nombran y en hacerlo es cuando empieza el placer del propio cuerpo.
9. Decisión to leave de Park Chan-wook
Todo en la película está bien. La belleza, la sutileza, el guión, la pareja protagonista: Tang Wei y Park Hae-II. Una historia de (des)amor con la excusa de investigar un asesinato en la que el detective y la presunta asesina se enamoran sabiendo que no debería suceder. Pura magia es el resultado.
8. Los asesinos de la Luna de Martin Scorsese
Poco queda por decir a estas alturas. Es extraordinaria, honesta, honda, una nueva lección de cine y de historia, que aquí nos cuenta los asesinatos de la personas de la nación Osage para apoderarse del petroleo que existía en sus tierras. Cuenta con parte del reparto habitual del director (Robert de Niro, Leonardo Dicaprio) y en el que la auténtica revelación es Lily Glasdtone porque son su rostro y su cuerpo los que cuentan la película. Y una extraordinaria fotografía del mexicano Rodrigo Prieto. La pena es que esta película apenas ha pasado por los cines y es en una sala donde hay que verla.
7. Babylon de Demian Chazelle
No es que sea una de las mejores películas del año, es una de las mejores películas de siempre. La vi hipnotizada sin poder despegar la vista de la pantalla. La historia es la de la industria del cine de los años 20 en la que las estrellas llegaban a los más alto a la misma velocidad con la que descendían a los infiernos. Lo que hace Margot Robbie en esta película es echársela a la espalda para convertirse en la obra maestra que es. Sé que estoy muy sola en esto, a la mayoría de la crítica no le gustó, porque a nadie le gusta verse feo en el espejo. A la mayoría de los espectadores, tampoco. Allá ellos.
6. Blondi de Dolores Fonzi
Qué regalo es el debut en la dirección de la maravillosa actriz argentina. Blondi y Mirko, viven juntos, se divierten juntos, comparten amigos, gustos musicales y cinéfilos y todo te lleva a pensar que son una pareja. En realidad son madre e hijo con poca diferencia de edad. Con una familia un tanto disfuncional, una desaparición de la hermana mayor y una abuela diferente, Blondi es una película llena de ternuras y risas que te va a calentar el corazón.
5. Dalva de Emmanuell Nicot
La directora belga ha hecho de su primer largometraje una de las películas más honesta del año. Dalva es una niña de 12 años que se maquilla y vive con su padre como si fuera una mujer. Un día los servicios sociales la sacan de su hogar porque en realidad su padre abusa de ella, aunque ella no lo piensa así. Lo que la historia cuenta es el proceso de sanación de una niña víctima de la pederastia y la rendición de cuenta de su padre ante los tribunales. Dalva te rompe el corazón y te vuela la cabeza porque hay muchas cosas a las que aún no se le pone nombre.
4. El castigo de Matías Bizé
Probablemente la mejor película del chileno . Rodada en un sólo plano secuencia, nos cuenta que una familia se dirige a visitar a su familia y en el camino hacen un descanso durante el que su único hijo desaparece, mientras lo buscan y avisan a los carabineros, la pareja no sólo se desespera, sino que empiezan a surgir los reproches y la desavenencias como pareja y padres. Con una inmensa Antonia Zegers, es probablemente una de las películas más necesarias del año por como desmonta el mito de la maternidad amable.
3. Tótem de Lila Avilés
Con muchas ganas esperaba la segunda película de la directoria mexicana, después de su estupenda La camarista. Y, no sólo no me ha decepcionado, sino que me ha deslumbrado esta historia que cuenta como Sol, una niña de 7 años, envuelta en una fiesta sorpresa de cumpleaños para su padre enfermo, decide abrazar el caos de la familia para dejarse llevar y celebrar la vida. La película, llena de sencillez en la complejidad de contar (una nueva) historia familiar, es luminosa y en la que también brilla la jovencísima Naíma Sentíes en su debut en el cine.
2. Trenque Lauquen de Laura Citarella confieso que desconocía a su directora (ahora quiero ver sus anteriores películas) y que el hecho de que la película tuviera una duración de cuatro horas, aunque dividida en dos partes, en principio hizo que me resistiera; sin embargo, algo en la historia hizo que mi resistencia fuera efímera. Yo diría que es un western: una mujer desaparece en la localidad argentina que da nombre a la cinta y los dos hombres que la aman emprenden su búsqueda y en esta se intercala la historia de otra mujer perdida hace años. Una aparición sobrenatural en el río y el secreto de un pueblo entero y sus habitantes, más unos paisajes misteriosos, hacen el resto. Pura magia y buen hacer es esta película que Cahiers du Cinema ha elegido como la mejor del año y no seré yo quien les lleve la contraria.
1. 20,000 especies de abejas de Estibaliz Urresola Solaguren
Menudo debut deslumbrante es el de la historia de la niña Cocó, a la que todos en su insisten en llamar Aitor mientras ella no se reconoce ni con ese nombre y ni en ese cuerpo, causando el desasosiego en su familia, salvo en su tía Lourdes, que la acompaña todo el tiempo. La protagonista, Sofía Otero con solo 8 años, obtuvo el premio a Mejor actriz en la Berlinale, pero créanme si le digo que el reparto entero es una maravilla. 20.000 especies de abejas tiene 15 nominaciones a los Premios Goya y acaba de ganar el Premio Forqué a Mejor película. Cuando la vean no podrán sacarla de su cabeza y su corazón durante mucho tiempo.
Algunas menciones extra:
No he visto muchos documentales, aunque me han gustado muchísimo La belleza y el dolor de Laura Poitras y A los libros y a las mujeres canto de María Elorza.
No he podido ver aún Un amor de Isabel Coixet, Anatomía de una caída de Justine Triet, Vidas pasadas de Celine Song, Fallen Leaves de Aki Kaurismaki, La zona de interés de Jonathan Glazer, La sociedad de la nieve de Juan Antonio Bayona y muchas más a las que tengo ganas.
Pero eso sí, necesitamos ver más cine latinoamericano. De lo que he visto este año merecen ser destacadas: Valentina o la serenidad de Ángeles Cruz, Power Alley de
Lillah Halla, The Buriti Flower de Renée Nader Messora y João Salaviza, Crónicas de una santa errante de Tomás Gómez Bustillo, La hembrita de Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán, La pecera de Glorimar Marrero y la bellísima Los océanos son los verdaderos continentes de Tommaso Santambrogio.
También Latinoamérica necesita ver más cine español para que todos sepamos de qué hablamos cuando hablamos de cine español y en español.
Que el próximo año sea mas humano y bondadoso y más cinéfilo.
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